El Papa Francisco en su mensaje de cuaresma nos invita a recordar a “Aquel que «se humilló a sí mismo, hecho obediente hasta la muerte, y una muerte de cruz» (Flp 2,8)”.
El tiempo de cuaresma, es propicio para renovar nuestra fe y, especialmente en esta pandemia que nos toca vivir, reavivar la esperanza para recibir con el corazón abierto el amor de Dios y ser capaces de renacer como hombres y mujeres nuevos.